Tipos de brackets: cuál es la mejor opción

La respuesta a esto es muy fácil: cualquiera. Pues, aunque esta ortodoncia se asocia con la infancia—porque la estructura ósea es más flexible y el proceso, por tanto, se agiliza—, es posible modificar la posición de los dientes en personas de 30 o 40 años sin ningún problema. Pero ¿para qué sirve y qué tipos de brackets hay?

Los brackets son aparatos que se fijan a los dientes, de color metálico, que permiten corregir su posición cuando están apiñados, mal alineados o incluso hay huecos entre algunas piezas. El tratamiento será más largo o corto en función del problema que se trate, aunque generalmente tardará unos meses.

Si bien los brackets son muy útiles, las personas adultas suelen mostrarse reticentes a usarlos porque afectan a la estética de la boca. Por eso, a lo largo de los años, y pensando en los pacientes de mayor edad, se han diseñado tipos de brackets que se adaptan a cada necesidad. Algunos pasan por completo desapercibidos.
 

Como ya explicamos antes, los brackets corrigen los defectos que presenta la dentadura. A veces, algunas personas que los han llevado en la infancia necesitan volver a utilizarlos en la edad adulta. Pues, en cuanto les quitan los brackets y les salen las muelas del juicio, por ejemplo, los dientes empiezan a apiñarse.

No obstante, la retirada de algunas piezas dentales (debido a caries u otros problemas) puede requerir, también, el uso de estos aparatos. De esta forma, se eliminan los huecos para conseguir una dentadura más armoniosa.

Todos los tipos de brackets que existen tienen los mismos resultados, y hay algunas opciones fijas o removibles que se adaptan a cada necesidad. A continuación, exponemos algunos de los tipos de ortodoncias que hay. 

Este es el aparato clásico de ortodoncia, en el que se coloca una pieza cuadrada de metal en cada diente y se ajusta a través de un arco del mismo material con el que se consiguen alinear todas las piezas. La opción habitual es que ambos componentes están unidos gracias a unas gomas. Pero, actualmente, existe la posibilidad de utilizar brackets autoligables, en los que el arco y la pieza se unen de forma más sencilla, generando menos tensión en el diente.

Los brackets cerámicos cuentan con la característica de que se parecen al color del propio esmalte de los dientes, por lo que apenas se notan y son muy discretos. Para personas que deben trabajar en contacto con el público, pueden ser una excelente opción. Son más estéticos que la anterior alternativa.

También son conocidos como brackets transparentes o blancos y se diferencian del primero en que, en lugar de metal, tanto la pieza que se adhiere a cada uno de los dientes como los arcos que los unen, están hechos de materiales incoloros o blancos, de forma que pasan más desapercibidos.

En lugar de colocarse en la parte externa del diente, se ajustan en la parte interior evitando que se vean. El mayor inconveniente de esta técnica es que resulta mucho más incómoda y puede causar problemas en las encías al hacer más complicada la higiene bucal. Este tipo de ortodoncia mantiene la misma estructura de bracket unitario para cada pieza dental y arco ajustable.

Aunque esta técnica no consta de brackets como tal, su uso se ha popularizado. Consiste en una funda transparente con la que los dientes se van alineando de la misma forma que lo harían con los brackets, solo que este método es removible por el paciente. Los expertos aseguran que el Invisalign puede solucionar casos de gravedad media, ya que la férula se va adaptando a la situación de manera periódica igual que se realizan los ajustes en el tratamiento clásico.

Los problemas dentales pueden ocurrir tanto en la infancia como en la edad adulta y es importante resolverlos a tiempo. La estructura de la mandíbula puede repercutir en la mordida de los alimentos, en dolores de cabeza e incluso en el deterioro de las piezas dentales de forma prematura. Es vital, entonces, que un experto determine la necesidad de utilizar aparato dental o brackets para evitar estas dolencias.

Si bien la ortodoncia en adultos está relacionada habitualmente con problemas surgidos por la aparición de las muelas del juicio, desbarajustes arrastrados desde la infancia o enfermedades dentales más concretas, cada vez son más las personas que deciden ponerse correctores por motivos estéticos. Una mala disposición dental o una sonrisa irregular puede llegar a causar complejos en adolescentes y adultos, por lo que se convierten en una solución perfecta, sobre todo con los aparatos menos visibles que existen hoy en el mercado.

Sea cual sea la razón, hay que tener en cuenta que debido a la inmovilidad de los dientes durante mucho tiempo y otros inconvenientes derivados de los años, el proceso de corrección en adultos puede ser más lento y doloroso. Aunque, como hemos indicado al principio, no existe un límite de edad para llevarlos.

Ahora que ya conoces los diferentes tipos de brackets, la verdad es que no existe uno que sea mejor que otro. Esto dependerá de lo que esté buscando cada paciente. Si necesita una opción más estética, los brackets linguales, de cerámica o porcelana son excelentes. Eso sí, la ortodoncia invisible removible no es adecuada para todo el mundo, solo para los casos menos graves.

Si la estética no es un motivo de preocupación, cualquier opción es adecuada. Aunque, es verdad que el precio puede variar. Por esta razón, en Caser, si lo necesitas, disponemos de un seguro médico dental que ofrece hasta un 50% de descuento en los diferentes tipos de brackets. Así, ya no habrá excusas para lucir una sonrisa bonita, alineada y radiante.