7 vitaminas para preparar este otoño

7 vitaminas para preparar este otoño

Evitar la caída del pelo, mantener el nivel de energía o preparar al sistema inmunológico ante la bajada de temperaturas son algunas de las claves para preparar al cuerpo frente al frío, y se puede conseguir sabiendo qué vitaminas tomar en otoño. Todas ellas se pueden obtener de forma natural, descubriendo en qué alimentos están más presentes para mantenerlas a un nivel óptimo, pero siempre siguiendo los consejos médicos adecuados para cada caso, ya que no requiere el mismo nivel de nutrientes un niño, un adulto o una mujer embarazada.

Por lo que si la astenia otoñal empieza a hacer de las suyas o eres de los que siempre acaba resfriado cuando cambia el tiempo, tienes que saber qué necesita tu cuerpo y qué vitamina te puede ayudar este otoño. Y lo más importante, ¡dónde encontrarlas!

Vitaminas para mejorar tu salud en otoño

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Vitamina A:

Es muy importante reforzar las defensas para evitar infecciones y enfermedades, y para ello encontramos un gran aliado en este componente. Forma una primera barrera en la piel y las células mucosas que recubren las vías respiratorias, y es importante a la hora de la recuperación de tejidos en huesos, dientes, cabello y uñas.

¿Y en qué alimentos encontramos la Vitamina A? Sobre todo en zanahorias crudas, hígados de animales, perejil o albaricoques secos, pero también en otras verduras típicas como la calabaza amarilla, el pimiento rojo o las espinacas.

Vitamina C:

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Aunque históricamente siempre se ha creído que esta vitamina es imprescindible para evitar gripes y constipados, no se ha conseguido demostrar su relación con la prevención o curación de este tipo de enfermedades tan habituales en otoño. Así que aunque no se cumpla el mito de la Vitamina C como aliado contra resfriados, sí que colabora en potenciar el sistema inmunitario como ocurre con la Vitamina A. Su función principal es la de potenciar la absorción del hierro, componente cuya carencia se suele relacionar con la fatiga, los dolores de cabeza o la anemia. Estos síntomas son muy comunes en esta época del año, por lo que es importante activar sus funciones en el organismo.

Siempre se ha asociado este nutriente con las naranjas y mandarinas, pero también tiene una presencia muy importante en los pimientos amarillos y verdes, en el brócoli o la coliflor.

Vitamina B3:

En estos meses no solo caen las hojas de los árboles, la caída del pelo también aumenta y por tanto es importante tomar vitaminas que ayuden a mantener el cabello en todo su esplendor. En el caso de la B3, aumenta la circulación hacia el cuero cabelludo ayudando así al crecimiento capilar, pero también está presente en el sistema nervioso y el digestivo, especialmente en la asimilación de hidratos de carbono o proteínas. Después de una época como el verano en la que la exposición al sol es mayor, también es destacable su función de ayudar a mantener la piel sana.

Esta vitamina se encuentra de manera natural en alimentos como el atún, las legumbres, los cereales enteros o las carnes de conejo y pollo o en menor medida cerdo o cordero.

Vitamina B7:

Este nutriente es útil para muchos de los problemas que se producen en esta estación, pero sobre todo para activar el organismo. Esta vitamina ayuda al cuerpo a convertir los alimentos ingeridos en glucosa, que es la que en muchas ocasiones genera la energía necesaria para el cuerpo humano, y sin una cantidad adecuada de ella en la dieta, la fatiga o el cansancio pueden ser uno de los síntomas más comunes. Además, mantiene la piel, el pelo y las membranas mucosas en un estado normal, ayudando al correcto funcionamiento del cuerpo.

La Vitamina B7, tan importante para el metabolismo, se encuentra en la levadura, el hígado o la yema del huevo, aunque los frutos secos y los cereales también contienen una proporción alta de este nutriente.

Vitamina E:

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El sol, la playa y el calor hacen que la piel se resienta después del verano, por lo que la Vitamina E puede ser nuestro gran aliado en estos problemas. La liberación de radicales libres protege las membranas celulares de su deterioro, algo que hace que se relacione con un envejecimiento más lento. Estas propiedades antioxidantes ayudan al sistema inmunológico, pero también al nervioso y al cardiovascular.

Esta vitamina se encuentra sobre todo en aceites vegetales, que se utilizan incluso para hidratar el pelo de forma natural, pero también en frutos secos como el pistacho o las pipas de calabaza, y alimentos como guisantes, dorada, maíz dulce o espinacas en conserva.

Vitamina B6:

Su función en el sistema inmunitario, ya que colabora indirectamente con la producción de anticuerpos, o la importancia en la síntesis de hidratos de carbono, proteínas o grasas, hacen de la Vitamina B6 un nutriente muy necesario. Además, con la llegada del otoño y el fin de las vacaciones, es interesante conocer su relación con el aumento del nivel de serotonina en sangre, ya que ayuda a la síntesis de este neurotransmisor que algunos estudios han relacionado con la depresión o la ansiedad.

Este componente está presente en alimentos como el pollo, la ternera o el cerdo, pero también en pescados como el salmón, el atún o el mero y en frutos secos.

Vitamina K:

Cada vez son más los estudios que aseguran que en esta época aumentan los problemas óseos, especialmente para personas con enfermedades previas, pero esto no se debe al frío o la humedad, sino al cambio de presión atmosférica que acompaña a estas nuevas temperaturas. Por ello, es importante tenerla en cuenta ya que una de sus principales funciones es el mantenimiento de los huesos debido a su interacción con el calcio.

La Vitamina K se puede obtener sobre todo en las verduras de hoja verde como espinacas, lechuga, brócoli o coles de bruselas, pero también en las patatas, los tomates o los espárragos. En los lácteos también está presente con un subgrupo llamado Vitamina K2.

 

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