¿Sabías que los seres humanos tenemos entre 4,5 y 6 litros de sangre recorriendo nuestro organismo? La sangre y sus componentes son esenciales para la vida por varias razones. La primera es porque se encargan de transportar el oxígeno y los nutrientes a todas las partes del cuerpo. Además, realizan la función de recoger el dióxido de carbono y las sustancias de desecho para que puedan ser eliminadas. Y, como no podíamos olvidar mencionar, tienen una función irremplazable contra las infecciones.
Debido a este papel imprescindible de la sangre para el cuerpo humano, conocer cómo se encuentran sus componentes se convierte en fundamental para determinar el estado de salud del que dispone una persona. Y, por eso, se suele realizar un hemograma.
Aunque el hemograma es una de las pruebas más comunes y frecuentes que se realizan, seguro que existen muchos aspectos que desconoces sobre ella. Y es por eso por lo que hemos preparado este artículo, para darte la información más completa.
El hemograma es un análisis de sangre a través del cual se obtiene información importante sobre el número, composición y proporciones de los componentes celulares de la sangre.
Puede realizarse de manera rutinaria, para llevar un control de la salud y, de esta manera, detectar posibles problemas antes de que vayan a más.
Otro de sus usos más destacados es como herramienta para realizar el diagnóstico de una enfermedad. Aunque en ese caso, el hemograma no se puede considerar nunca como prueba definitiva. Normalmente, los síntomas ante los que es más frecuente que se solicite esta prueba, son la sensación de debilidad, fatiga, sangrado inusual, extremidades frías, piel pálida o la aparición de moretones, por ejemplo.
También, es una herramienta de control de una enfermedad o tratamiento médico, ya que el recuento de células proporciona mucha información al respeto.
Como hemos mencionado con anterioridad, el hemograma es una prueba que sirve como herramienta de diagnóstico de enfermedades. Ahora, nombraremos algunas de las más comunes que un hemograma puede detectar.
Un hemograma se suele realizar para la identificación de infecciones, si los glóbulos blancos muestran valores muy altos, o de anemia, si el recuento de los glóbulos rojos es bajo.
También, gracias al análisis de las células de la sangre, se pueden identificar otras enfermedades más graves, como la leucemia, conocida como la enfermedad de la sangre, el cáncer, problemas de médula ósea o problemas cardiacos, entre otros.
El hemograma suele medir diferentes parámetros. Entre los más frecuentes se encuentran:
A la hora de realizar un hemograma, se han fijado una serie de rangos normales para medir cada uno de los parámetros. Para conocerlos, seguidamente, señalamos los más comunes.
Lo normal es que los glóbulos rojos o hematíes se encuentren entre los siguientes parámetros: hombres: de 4,7 a 6,1 millones de células por microlitro y mujeres: de 4,2 a 5.4 millones de células por microlitro.
Estos valores sirven, sobre todo, para el diagnóstico de anemias. Cuanto más bajo sea el número de hematíes, la anemia será más evidente.
Además, hay que destacar que se miden tres índices de glóbulos rojos:
El rango normal de los glóbulos blancos o leucocitos se encuentra entre las 4500 y 11000 células por microlitro de sangre. Cuando el valor de los leucocitos es muy elevado, nos está avisando de una infección.
Hay que destacar que los principales glóbulos blancos que se miden son los neutrófilos, los linfocitos, los monocitos, los eosinófilos y los basófilos. La presencia de cada tipo de leucocito viene determinada por un porcentaje, siendo: neutrófilos: 50-77%, linfocitos: 20-45%, monocitos: hasta 8%, eosinófilos: de 2-5% y basófilos: hasta 2%.
Además, cada uno de estos glóbulos blancos nos proporciona una información sobre el sistema inmunitario y cumple una función diferente de protección del cuerpo.
Los rangos normales de esta proteína dependen del parámetro en específico que se analice, pero, en general, están entre 13,8 a 17,2 gramos por decilitro (g/dL) de sangre en hombres y de 12,1 a 15,1 g/dL en mujeres.
Cuando nos referimos a los hematocritos, como mencionamos más arriba, hacemos alusión al volumen de sangre que ocupan los glóbulos rojos y se mide, por tanto, en un porcentaje. De esta manera, el rango medio se establece entre el 41-53 % en los hombres y el 36-46 % en las mujeres.
A la hora del recuento de plaquetas o trombocitos, los valores medios están entre 150,000 a 400,000 plaquetas por microlitro de sangre. Si los valores son muy altos, puede ser por la reacción a una hemorragia. Si, por lo contrario, son bajos, puede deberse a un mal funcionamiento de la médula ósea.
¿Has escuchado alguna vez que un hemograma está alterado? Pues con eso se refiere, ni más ni menos, a que los valores normales en las mediciones de los parámetros no se encuentran entre los rangos considerados como comunes. Así, se entiende que hay una anomalía entre la cantidad y la proporción de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Estos valores alterados guían al médico en la identificación y diagnóstico de la enfermedad.
De esta manera, un hemograma alterado suele ser el que se encuentra una persona que tiene anemia, una infección, inflamaciones, trastornos hematológicos, deficiencias nutricionales o enfermedades crónicas.
Anteriormente, hemos mencionado que el hemograma no se puede considerar como una prueba definitiva, sino que es una herramienta de diagnóstico inicial. De esta manera, según los resultados, habrá que realizar otros análisis u otras pruebas más específicas. Por ejemplo, se pueden requerir cultivos de sangre, pruebas PCR o estudios de coagulación, por ejemplo.
Para terminar, se podría decir que esta prueba es un básico muy necesario para estar al día en temas relacionado con tu salud. Por eso, el seguro de salud Caser incluye el hemograma dentro de su listado de pruebas diagnósticas, para que tengas acceso a ella siempre que lo necesites y sin largas listas de espera.
Nota: El contenido de este artículo es meramente orientativo. En caso de presentar cualquier problema de salud, acuda a un centro sanitario. Toda sintomatología, diagnóstico o tratamiento debe ser valorado o prescrito por un especialista médico.
Artículos relacionados
Ver más artículos
Después de acudir a la consulta de un profesional sanitario, muchas veces es necesario realizar una prueba diagnóstica para poder disponer de más información sobre el estado de salud que presenta el paciente. Con el paso del tiempo, y gracias a los avances que se producen a nivel sanitario, el listado de pruebas diagnósticas se ha visto ampliado y mejorado. En este artículo vamos a hablar de la gammagrafía, una prueba diagnóstica de medicina nuclear.
Durante el embarazo, las mujeres deben someterse a una serie de pruebas que permiten verificar que todo marcha según lo previsto y que el feto está desarrollándose adecuadamente. Una de estas pruebas es la amniocentesis, que solo se realiza en casos particulares debido a los riesgos que conlleva.
La biopsia corial es un procedimiento al que se someten algunas mujeres embarazadas y que permite a los médicos estudiar las vellosidades coriales, que son las encargadas de llevar el oxígeno y nutrientes al bebé, intercambiándolos con la madre. Sin embargo, no es una prueba habitual, ya que solo se lleva a cabo en casos muy concretos.