La salud emocional juega un papel fundamental en tu bienestar general.
Si sabes manejar esta parte de tu salud, significará que eres capaz de controlar tus pensamientos, sentimientos y conductas sociales. Así mismo, serás capaz de afrontar los problemas con perspectiva y hacer frente a los desafíos del día a día. Una persona sana emocionalmente es alguien que se siente bien consigo mismo y con el mundo que le rodea pero, ¿cómo podemos lograrlo? A continuación, vamos a conocer cómo tener una buena salud emocional, porque aunque no lo creas, este ámbito de la salud es una habilidad y se puede entrenar por uno mismo mediante diferentes técnicas.
Pero antes de nada, empecemos por el principio, por la definición del propio concepto.
¿Qué es la salud emocional?
La buena salud emocional se da cuando la persona es consciente de sus propias capacidades y a través de las mismas, afronta las tensiones normales de la vida de forma equilibrada. De igual forma, la salud emocional influye directamente sobre otros aspectos, como la capacidad de trabajar de forma productiva o el ser empático en las relaciones sociales.
Gozar de bienestar emocional también contribuye a la hora de adaptarse a cambios, la predisposición para enriquecerse culturalmente e incluso el sentido del humor.
Es importante saber que ser emocionalmente saludable no significa estar siempre feliz. Las personas que gozan de buena salud emocional también se enfadan, se sienten tristes y estresan, sin embargo, son conscientes en todo momento de su estado anímico para por si mismas, gestionarlo de forma acertada.
¿Por qué es importante tener una buena salud emocional?
Aquellas personas que tienen una salud emocional equilibrada y entrenada, son capaces de:
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Gestionar el estrés de la vida de forma controlada.
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Estar en forma físicamente.
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Tener relaciones sociales sanas.
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Contribuir de forma proactiva a la comunidad.
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Sacar el máximo potencial a todas sus virtudes.
Sin embargo, la falta de control emocional va de la mano de reconocidos efectos negativos, entre los que se encuentra la depresión, la ansiedad, baja autoestima, dependencia y estrés.
¿Cómo mejorar la salud emocional?
Como decíamos al comienzo del artículo, tener una buena salud emocional depende en gran medida de nuestras propias habilidades y de la capacidad para poner en práctica una serie de mecanismos que juegan a favor del bienestar general. Vamos a enumerar algunos de ellos.
1. Actitud positiva
Este es uno de los puntos más importantes. Es fácil decirlo pero menos conseguirlo, especialmente frente a situaciones adversas, sin embargo, existen algunas pautas que te ayudarán a tener siempre una actitud positiva frente a los problemas:
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Cuando tengas una emoción positiva, consérvala en el tiempo.
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Busca un punto de equilibro entre tus emociones positivas y negativas. Es decir, mantenerse positivo constantemente no significa que vayas a evitar sentir tristeza o enfado en según qué situaciones. No reprimas estas emociones, pues son necesarias. Sin embargo, tan importante es que ambas sensaciones convivan, como no anclarse solo en las negativas. Por ejemplo, no sirve de nada recrearse en cosas malas del pasado o preocuparse por asuntos del futuro que no puedes controlar.
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Trata de filtrar y no recibir constantemente información negativa. Sé capaz de filtrar o leer según qué noticias. En redes sociales no entres constantemente en discusiones, u otro error frecuente, no compares negativamente tu situación o tu vida con la de otra persona.
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Concéntrate en las cosas positivas del día a día, no te castigues por tus errores y perdona los de los demás. Rodéate de personas positivas.
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Relativiza los problemas, no des importancia a los pequeños contratiempos del día a día y no sobredimensiones los problemas de verdad.
2. Salud física
Con salud física no nos referimos a tener una rutina de gimnasio, sino a cumplir con una serie de hábitos que te mantengan activo y descansado al mismo tiempo.
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Haz ejercicio regularmente, el que más te estimule, desde caminar, correr, nadar, o bien, practicar tu deporte favorito con regularidad.
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Come alimentos saludables, ya que una buena alimentación te hará sentir mejor físicamente, y por consiguiente, mejorará tu estado de ánimo y disminuirá la ansiedad o el estrés.
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Duerme las horas necesarias cada noche, ya que el sueño afecta directamente a tu estado anímico. Si no descansas lo suficiente puedes sentirte irritado o con mal humor. Además, a largo plazo, no dormir bien aumenta las posibilidades de depresión.
3. Conecta con otros
Los humanos somos sociales por naturaleza, queda para comer con tus amigos o familiares. Únete a un grupo, sé abierto a la hora de conocer nuevas personas. Por otro lado, es importante tener relaciones fuertes y saludables con los demás. Aislarse no es positivo y menos cuando notamos que nuestra entereza flaquea.
4. Ten un propósito
Una motivación, unas metas que cumplir o simplemente, trabaja con el objetivo de hacer el viaje de tu vida. Para gozar de una buena salud emocional es importante tener aspiraciones y encontrar una razón de ser en lo que hacemos. Evita caer en la desgana.
Averigua también que es lo verdaderamente importante para ti y céntrate en ello. Invierte tu tiempo en lo que te parezca significativo.
El Mindfulness y la inteligencia emocional
Más allá de los consejos comentados hasta ahora, existen otras dos técnicas que pueden ayudarte a tener una buena salud emocional: el mindfulness y la inteligencia emocional.
Mindfulness
El mindfulness busca mediante ejercicios de meditación y relajación el que te comprendas y te cuides mejor.
Gracias a la práctica del Mindfulness aprendes a vivir el momento presente y a incrementar tus habilidades de aprendizaje y concentración en las tareas diarias. Esto te permite avanzar en un proceso de autoconocimiento y a partir de ahí, dirigir tus acciones hacía la búsqueda de un mayor bienestar y salud emocional.
Inteligencia emocional
Con las técnicas de inteligencia emocional serás consciente de las emociones que transmites y captarás con más claridad las emociones que los demás te transmiten a ti. Además, te ayudará a ser más empático y a evitar que las emociones te influyan negativamente en la toma de decisiones.
Nota: El contenido de este artículo es meramente orientativo. En caso de presentar cualquier problema de salud, acuda a un centro sanitario. Toda sintomatología, diagnóstico o tratamiento debe ser valorado o prescrito por un especialista médico.