Fallecimiento en el extranjero: ¿Cómo actuar?

Las gestiones para repatriar a un español fallecido en el extranjero no siempre son fáciles ni económicas, por lo que es importante contar con un buen seguro de decesos que ofrezca esta cobertura.

Los trámites a realizar para repatriar a un ciudadano español fallecido en el extranjero dependen del país en el que tenga lugar el deceso. No obstante, para agilizar el traslado, el Ministerio de Asuntos Exteriores español recomienda:

• Ponerse en contacto con el consulado para informar de la defunción.
• Comunicar la decisión de la familia sobre repatriación del cuerpo o incineración.

Dependiendo de la opción elegida, los siguientes trámites difieren notablemente. Aunque, en ningún caso, el consulado o la embajada se hace cargo de los gastos derivados de la repatriación, por lo que el seguro de decesos juega un papel fundamental en estos casos.
 

Como decimos, cuando se produce el fallecimiento de un familiar en el extranjero, existen dos posibilidades para traer a España los restos de nuestro ser querido:

1. En caso de incineración, ésta se llevará a cabo en el país donde se produzca el fallecimiento. No hay limitaciones para viajar con la urna cineraria, pero ésta deberá estar cerrada y bien tapada, identificada con el nombre de la persona fallecida y contar tanto con el certificado de defunción como con el certificado de incineración.
2. En caso de repatriación del cuerpo para su entierro en España, se debe realizar la solicitud de repatriación en el propio consulado, donde hay que aportar el certificado médico de defunción y el certificado de embalsamamiento (algo obligatorio por la legislación sanitaria). La oficina consular se ocupará de los trámites con la compañía aseguradora, incluyendo el itinerario de vuelo y el lugar en el que serán depositados los restos de la persona fallecida.

En cualquier caso, los gastos del traslado de un familiar fallecido en el extranjero pueden ascender a más de 6.000 €, a lo que hay que sumar el coste del sepelio ya en España, por eso la importancia de disponer de un seguro de decesos como el de Caser, que facilita las gestiones y asume todos los costes.
 

La normativa para el traslado internacional de cadáveres establece las condiciones en las que debe realizarse este proceso para repatriar a un ciudadano español fallecido en el extranjero. ¿Cómo se traslada un cuerpo de un país a otro?

1. Se solicita formalmente el traslado en el consulado correspondiente.
2. Se proporcionan los datos de la persona fallecida, el lugar de fallecimiento, la causa y el destino nacional deseado.
3. Hay que aportar el certificado médico de defunción, tanto del país de fallecimiento como el español.
4. Se aporta también el certificado de embalsamamiento.
5. En caso de muerte violenta, debe aportarse el permiso de la autoridad judicial.

En el consulado o la embajada te proporcionarán toda la información sobre trámites y costes del traslado de un fallecido desde el extranjero. Si se cuenta con un seguro de decesos, la compañía aseguradora coordinará los trámites y cubrirá los gastos incluidos en la póliza.

Por ejemplo, si viajas mucho fuera de España y te preocupa lo que pudiera ocurrir si sufrieras un accidente en el extranjero, el seguro de decesos de Caser contempla todos los posibles gastos relacionados con tu repatriación, y no sólo en caso de fallecimiento sino, también, ante una posible hospitalización, gracias a las coberturas de Asistencia en Viaje que tiene incluidas.

Nuestro seguro de decesos no sólo incluye aquellas coberturas asociadas directamente con tus servicios funerarios en caso de fallecimiento, sino que incorpora otras medidas de protección más que interesantes, que, en ocasiones, son menos conocidas. En este sentido, si sufres cualquier tipo de percance mientras te encuentras en el extranjero, nos haremos cargo de todos los trámites y gastos relacionados con tu repatriación y nos responsabilizaremos de los gastos de desplazamiento de un familiar, para que pueda acompañarte en tu regreso a nuestro país.