Las 5 averías más comunes de tu coche en carretera y su precio
Sin duda, una cifra reseñable que pone de manifiesto el elevado uso que le damos a nuestro vehículo. Y durante todo ese tiempo, es normal que el coche sufra contratiempos motivados por la rutina en carretera, pero, ¿cuáles son las averías más comunes a las que nos exponemos? Y lo más importante, ¿cuánto dinero puede suponer a tu bolsillo repararlas? Arrancamos.
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La batería
La batería se lleva la medalla de oro en el ranking de averías del coche en carretera. En la mayoría de los casos estas se producen por no prestar atención a los testigos que aparecen en el salpicadero del vehículo o por no revisar los bornes de la propia batería, ya que con el paso del tiempo se oxidan.
La duración media de una batería es de tres años. Pasado este tiempo deja de funcionar a pleno rendimiento. Las elevadas temperaturas y la frecuencia de uso del coche son los grandes enemigos de esta pieza tan importante.
Dicho esto, ¿cuáles son las consecuencias de un fallo en la batería? Las incidencias más comunes son un arranque del vehículo más lento y ahogado, parpadeo en las luces de los faros, o directamente la parada repentina del coche durante tu trayecto.
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Los neumáticos
El caso es que un reventón o un pinchazo en los neumáticos es una escena muy habitual en carretera. Por lo general, este tipo de averías se producen por el mal estado de las gomas o la falta de mantenimiento, y aunque no lo parezca, conocer el bienestar de los neumáticos no es complicado; basta con fijarnos en la profundidad del dibujo y la presión para evitar el susto.
Recuerda que la vida útil de tus neumáticos está en torno a los cinco años y los 50.000km de recorrido, y que temperaturas demasiado elevadas o frías pueden acelerar su deterioro. En este punto debes saber que aunque a veces pasan desapercibidos, los neumáticos son uno de los elementos más importantes de tu coche. Piensa que es la única parte del vehículo que está en contacto con el asfalto, por lo que es importante consérvalos en buen estado. Sobre esta idea, y si quieres profundizar más, te dejo por aquí algunos consejos para conservar los neumáticos.
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El motor
Cuando se enciende el testigo de avería de motor en tu coche, lo más recomendable es estacionar el vehículo. Y es que esto significa que a tu coche le ocurre algo que puede influir notable y negativamente en la conducción.
Son muchos los imprevistos que pueden originarse en el motor: errores en componentes del sistema de alimentación, en la combustión del coche, en los inyectores, en la válvula EGR, en el catalizador…
La mejor manera de localizar una anomalía del motor a tiempo es prestar atención al sonido del coche, ya que por lo general, cuando algo falla en la parte central del vehículo suele repercutir en su afinación cuando está en marcha.
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Bombillas fundidas
Son varias las razones por las que una bombilla de tu coche puede dejar de alumbrar. La más frecuente es un fallo del sistema eléctrico, motivado por ejemplo por un pico de tensión. Otra es que entre humedad en el faro. Sea como sea, es cierto que en este caso no lo tienes nada fácil para intuir el fundido a negro, ya que suele ser repentino.
Anteriormente, solucionar una situación de este tipo era más sencillo, bastaba con cambiar la bombilla, ahora con la nueva inclusión de los faros con tecnología LED y láser, es muy probable que te toque pasar por el taller.
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Rotura de lunas
Por último hemos querido incluir en este pequeño ranking la rotura de lunas o de cualquiera de los cristales de tu coche. Es más frecuente de lo que parece que durante la conducción se produzca un impacto de gravilla sobre el parabrisas o que un contraste de temperatura dañe o agriete el cristal. Otro de los motivos, evidente, que puede provocar una rotura de lunas, es el sufrir un accidente o colisión.
Dicho esto, si bien puede que un “chinazo” o un pequeño impacto no nos obligue a detener la conducción, este tipo de daños conviene atenderlos lo antes posible y no esperar a que esa pequeña grieta se extienda al resto del cristal, hasta dificultar la visión durante la conducción.
¿Cuánto cuesta reparar estas averías?
A nadie le gusta tener una avería en carretera, ya que afecta de lleno al plan de viaje, sin embargo, existe otra consecuencia que apunta directamente a tu bolsillo: hablamos del coste económico de reparar el coche. ¿Por cuánto saldría cada una de las averías vistas hasta ahora? Vamos a hacer un cálculo aproximado.
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La batería: sustituirla por una nueva está en torno a los 150€, pero puede llegar a los 200€ dependiendo del modelo de coche.
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Los neumáticos: el precio varía dependiendo del incidente. Si se trata de un pinchazo, el arreglo cuesta 15€ por rueda, mientras que si necesitas sustituir el neumático, cada uno de ellos puede suponerte unos 120€.
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El motor: estamos ante el componente más caro del vehículo. El precio de una avería en el motor varía dependiendo de la pieza dañada, pero por poner algunos ejemplos, arreglar una válvula EGR son unos 370€, el caudalímetro 259€ y el catalizador 565€.
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Faros y bombillas: cambiar la lámpara del faro en carretera tiene un coste medio de 35€, aunque esta cantidad puede variar dependiendo del modelo del vehículo. En caso de que decidas por iniciativa propia acudir al taller para reemplazar alguna de las bombillas, la compra de la misma más la mano de obra serían unos 20€.
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Rotura de lunas: arreglar un simple chinazo en la luna puede costarte 50€, mientras que cambiar la pieza al completo 500€.
Y, ¿cómo te ayuda el seguro de coche ante estas situaciones?
El seguro de coche significa estar protegido frente a cualquier imprevisto en carretera. La cobertura de rotura de lunas, la asistencia en viaje y la garantía de daños propios, son los principales protagonista en este sentido.
Cobertura de rotura de lunas
Si hablamos por ejemplo de una rotura de lunas, el seguro de coche incorpora una cobertura específica para este tipo de imprevistos. Con ella, te ahorras los costes que comentábamos en el apartado anterior, ya que esta garantía te cubre la rotura parcial o total de los cristales.
Para poder disponer de esta cobertura, debes contar un seguro a terceros ampliado o bien, un seguro de coche a todo riesgo.
Si quieres saber más, por aquí te contamos al detalle en qué consiste la cobertura de rotura de lunas.
La asistencia en carretera, ese salvavidas incluido en tu seguro
En este punto debes saber que si cuentas con un seguro de coche, cualquier imprevisto que te suceda mientras conduces tu vehículo, será atendida por la cobertura de asistencia en carretera. Esta supone una solución inmediata en caso de avería, accidentes e incluso robo de tu coche, durante un trayecto. Y además, está disponible las 24 horas del día. ¿Cómo actúa?, pues por ejemplo, si tienes un pinchazo durante el viaje, la aseguradora envía a tu punto de encuentro un vehículo de auxilio para cambiar la rueda y que puedas continuar.
Con la asistencia en carretera te garantizas también, que en caso de que no se pueda reparar tu coche en el acto, este sea remolcado hasta el taller más cercano.
Daños propios: para proteger tu coche frente a cualquier situación
Daños propios es una cobertura incluida única y exclusivamente en el seguro de coche a todo riesgo. Con ella la aseguradora se hace cargo de los daños o averías que sufra tu coche no solo en caso de accidente, sino también por inundaciones, vandalismo, incendio… Es decir, es el mayor nivel de protección que le puedes dar a tu vehículo frente a imprevistos.
La mejor parte es que en caso de que tu coche sea declarado siniestro total, recibirás una indemnización por el mismo valor de compra de tu vehículo, o bien por su valor venal, de esta forma, tendrás una importante base económica ya ganada para comprarte otro coche.