La hipoteca inversa es una solución que proporciona una liquidez extra a personas mayores que quieren disfrutar de una calidad de vida a su medida, en sus últimos años de vida. La hipoteca inversa está diseñada para generar este dinero adicional, monetizando la vivienda habitual y libre de cargas en la que vive el propietario, mediante la firma de un crédito hipotecario. Una deuda que será satisfecha por los herederos una vez que el propietario fallezca.
La hipoteca inversa, como su nombre indica, consiste en un crédito hipotecario sobre una vivienda. Pero su funcionamiento es diferente al de las hipotecas normales: precisamente porque es “inverso”. El beneficiario recibe la liquidez en un pago único, en mensualidades, o en una combinación de ambos, y la disfruta hasta que fallece. Cuando llega el momento de su deceso, son sus herederos quienes se hacen cargo de abonar la deuda contraída con la entidad prestamista.
Las condiciones para ser beneficiario de la hipoteca inversa están recogidas en la legislación (ley 41/2007), y son claras: podrá suscribir esta solución de liquidez, una persona mayor de 65 años, empadronado en la ciudad donde se ubica el inmueble, que es propietario de una vivienda libre de cargas.
Desventajas de contratar una hipoteca inversa con una segunda vivienda
Pero ¿qué ocurre si la persona que está buscando obtener una liquidez extra en su jubilación, no desea hipotecar la vivienda habitual, sino que quiere constituir la hipoteca sobre su segunda residencia?
La hipoteca inversa no es la mejor solución para personas que quieren liquidez extra hipotecando otro inmueble que no sea su vivienda habitual. Porque en este caso no van a poder beneficiarse de todas las ventajas que aporta la hipoteca inversa, tanto al propietario de la vivienda como a sus herederos.
Las entidades prestamistas -entidades financieras, compañías de seguros o intermediarios financieros- no suelen contemplar la hipoteca inversa como la solución ofertada a propietarios de segunda residencia.
Porque en este caso, pese a que la legislación permite que estas operaciones puedan llevar a cabo por la libertad de pactos, no serán de aplicación las normas recogidas ley 41/2007 normas que establecen unos mecanismos de especial protección para el propietario.
Tampoco se benefician en este caso, de la exención del impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, ni de la rebaja de aranceles notariales y registrales.
Una hipoteca inversa sobre una segunda residencia, por las condiciones indicadas, conlleva que la cantidad prestada sea mucho menor en relación al valor total de la vivienda que en el caso de una hipoteca inversa sobre vivienda habitual.