¿Qué es la esterilización de mascotas?

La esterilización de tu mascota es una operación rutinaria por la que se extraen los órganos reproductores del animal, es decir, los testículos en el caso de los machos y los ovarios en el caso de las hembras.

Esta intervención la realiza un veterinario -con anestesia- de manera segura y sin riesgos y, con ella, se elimina la capacidad reproductiva del animal y también la actividad y el deseo sexual.

Son muchas las razones por las que es recomendable la esterilización de tu perro o gato, tanto para tu tranquilidad como para la salud de tu mascota.

Una vez esterilizados, nuestros animales modifican su comportamiento sexual, ya no habrá 'épocas de celo', lo que elimina esos ladridos o aullidos excesivos; y se mejora la convivencia entre machos y hembras, lo que también significa que habrá un menor 'marcaje con orina'. Por tanto, es más higiénico en casa. En los machos, en consecuencia, se reduce la agresividad y, en las hembras, evitará las gestaciones no deseadas.

Otros beneficios comprobados son el aumento de la esperanza de vida del animal, ya que se evitan enfermedades relacionadas con el aparato reproductor.

La esterilización de los machos es diferente de la de las hembras. En el primer caso, se denomina castración y, en el segundo, suele ser más invasiva, puesto que, además de los ovarios, es posible también extraer el útero. Para cada caso, existen diferentes métodos de esterilización.

• Ligadura: Es una operación menos agresiva pero reversible. Consiste en romper la salida del esperma, lo que no impide su actividad sexual normal.
• Orquiectomía: Es una castración propiamente dicha. Se extirpan los testículos, lo que hace que se pierdan la actividad sexual y la producción hormonal, lo que también reduce la agresividad de perros y gatos.
• Castración química: Es un método reversible para permitir la reproducción más adelante. Evita la producción hormonal durante unos meses (la época de celo), aunque puede provocar efectos secundarios en el animal.

• Ovariectomía: Consiste en la extirpación de los ovarios, con una incisión en el vientre o por laparoscopia, que es una técnica de exploración con micro-cámara, lo que evita tener que abrir el abdomen al animal y, por tanto, su recuperación será más rápida y menos dolorosa.
• Ovariohisterectomía: Se extraen los órganos reproductores para acabar con la producción hormonal de los ovarios. Es una operación muy utilizada porque también sirve para prevenir diferentes tipos de cáncer.
• Ligadura: Es el método menos intrusivo porque respeta los órganos reproductores. Se bloquea el acceso al área de los óvulos para evitar gestaciones no deseadas. Pero la hembra mantiene sus ciclos sexuales y hormonales.
• Tratamientos hormonales: Actúan como la castración química porque inhiben la producción de hormonas y evitan que las hembras se queden preñadas. Pero puede tener efectos secundarios que pueden llegar a ser complicados.

En España, dependiendo de la comunidad autónoma, es incluso obligatoria la esterilización de las mascotas. En el caso de una adopción, será el veterinario de la protectora quien nos indique si el animal requiere o no de esta operación y, en ocasiones, se obliga al dueño a firmar un compromiso de esterilización del perro o gato en el futuro si no es posible realizar esa intervención en el momento de la adopción.

En cualquier caso, ya hemos visto que es altamente recomendable por la salud del animal y por la mejora de la convivencia en casa, tanto con los humanos como con otros animales.