En términos legales, el tomador de un seguro es la persona que decide contratar una protección determinada y, por tanto, la que aparece como titular en la póliza del seguro.
Cuando se habla de tomador de un seguro se está haciendo referencia a la persona que ha llevado a cabo la contratación de este seguro y cuyos datos personales vienen recogidos en la póliza.
De igual forma, será el tomador del seguro el que se responsabilice del pago y renovación de la prima correspondiente a dicho seguro.
OTROS ASPECTOS DE INTERÉS A TENER EN CUENTA EN RELACIÓN AL TOMADOR DEL SEGURO
A efectos prácticos, es preciso establecer una diferenciación entre el concepto de tomador de un seguro y otras dos figuras que estarán presentes en el contrato de seguro, y con los que suele existir una cierta confusión:
Asegurado; es la persona que se encuentra efectivamente protegida por la contratación del seguro, pero que no tiene por qué coincidir con el tomador del seguro.
A modo de ejemplo, si deseas contratar un seguro de salud dental para tu hijo menor de edad, tú figurarás como tomador del seguro, mientras que todas las coberturas incluidas en la póliza estarán enfocadas a garantizar la salud bucodental de tu hijo.
Beneficiario del seguro; es aquella persona que recibirá la indemnización pactada en caso de que ocurra un siniestro contemplado en tu póliza de seguros.
A efectos prácticos, es preciso aclarar que la figura de beneficiario de un seguro no es aplicable a la totalidad de seguros, sino únicamente a aquellos en los que sus coberturas y garantías contemplen la existencia de una indemnización económica o derechos de resarcimiento hacia aquellas personas que designe el tomador del seguro (o aquellas que se hayan visto afectadas de forma directa por la incidencia o siniestro ocasionado).
En este sentido, en las pólizas relacionadas con un seguro de vida, decesos o de responsabilidad civil, por ejemplo, las personas beneficiarias de la indemnización serán, lógicamente, diferentes a la persona que figura como tomador y asegurado en la póliza.
En otros casos, por el contrario, lo normal es que tú figures como tomador, asegurado y beneficiario de la indemnización recogida en las coberturas de tu contrato de seguro, como ocurre en los seguros de accidentes o retirada de carnet.