Un anticipo de capital es, como su propio nombre indica, una cantidad de dinero que se da o se recibe antes del tiempo acordado por las partes. Podemos pedirlo nosotros, o bien ser quienes lo concedamos para obtener un bien determinado.
Cuando hablamos de anticipo de capital, por lo general, nos referimos al que pedimos en caso de necesidad cuando no nos llega con nuestro propio dinero para un gasto que queremos o necesitamos afrontar. Sin embargo, también nos lo pueden pedir a nosotros para, por ejemplo, garantizar la prestación de un servicio.
Eso sí, en el mundo de los seguros, por lo general, nos referimos al primer caso. Hay ocasiones, como un accidente, o poder afrontar los gastos del tratamiento de una enfermedad terminal, en los que el asegurado puede necesitar parte de lo acumulado en su seguro de ahorro, un anticipo de capital, para hacer frente a los gastos que vayan surgiendo.
Se trata de un pago parcial, que suele hacerse a cuenta del asegurado y que debe estar plenamente justificado para ser aprobado. Lo normal es que la aseguradora deje bastante implícito en el contrato del seguro en qué circunstancias se puede solicitar dicho anticipo, así como qué cantidad puede solicitarse dado el caso.
¿QUÉ BENEFICIOS TIENE SOLICITAR UN ANTICIPO DE CAPITAL?
Cuando la vida nos da un golpe inesperado, lo primero que se nos pasa por la cabeza es cancelar nuestros seguros de ahorro. Debemos excluir de nuestra economía todo aquello que no sea estrictamente necesario, pero… ¿de verdad que el seguro ha dejado de serlo?
El hecho de poder pedir un anticipo de capital hará que podamos hacer frente a la situación imprevista sin tener que recurrir a préstamos financieros que comprometan aún más nuestras finanzas. Disminuirá nuestro capital, sí, pero seguiremos manteniendo viva una opción que, igual que nos ha salvado ahora, podría salvarnos en un futuro próximo.
Si todo va bien, podremos ir reponiendo nuestro capital mes a mes, pero con la tranquilidad de haber salvado un momento complicado gracias a la previsión de haber mantenido vivo nuestro futuro y haber tenido la valentía de haber solicitado dicho anticipo de capital.