Tengo menos de 50 empleados ¿Necesito tener un Plan de Pensiones de Empleo?
Un (PPE) es un sistema de previsión social complementario a la pensión pública de jubilación que, además del retiro cubre la incapacidad y el fallecimiento, y está promovido por una empresa o por una institución pública en beneficio de sus empleados.
A diferencia de los planes de pensiones individuales, los PPE tienen unas comisiones de depósito y gestión más bajas, por lo que su rentabilidad es mayor.
Pero no es ésta la única ventaja. A continuación, te explicamos por qué, según las valoraciones de las compañías de menos de 50 empleados en España que ya cuentan con este tipo de beneficio para sus trabajadores, recogidas en el último estudio del Observatorio de Pensiones.
La principal de sus ventajas son los beneficios fiscales. Para la empresa, las contribuciones al PPE del trabajador son un gasto deducible en el Impuesto de Sociedades. Este es, por tanto, un buen incentivo para ponerlo en marcha y empezar a invertir en él. Para el empleado, estas aportaciones de la empresa se consideran un rendimiento en especie en el IRPF, y al destinarse a un plan de pensiones, dicha cantidad se reduce directamente de la base imponible igual que con un plan de pensiones individual.
Respecto a las aportaciones, en los PPE pueden hacerlas tanto la empresa como el trabajador. No hay una cantidad mínima establecida, pero sí un límite conjunto máximo de aportación con derecho a deducción. En 2021, este está fijado en los 10.000€, y de ellos, la aportación del trabajador no puede superar los 2.000€.
De la aportación realizada, el trabajador se va a poder reducir en su declaración de la renta la menor de las siguientes cantidades:
- el 30% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas percibidos de forma individual durante el ejercicio.
- 10.000€ anuales, de los cuales como máximo 2.000€ habrán podido ser aportados por él y, el resto deberán haber sido aportados por la compañía al PPE del trabajador.
Así mismo, para la empresa son una muy buena opción para incentivar y motivar a sus empleados, así como para su fidelización. Estos suelen percibirlo como un beneficio social de su empresa y, por extensión, una buena muestra de reconocimiento y valoración de su implicación y dedicación. Una especie de compromiso que refuerza la vinculación entre ambos.
Por todas estas ventajas, el grado de satisfacción de las personas que cuentan con un Plan de Pensiones de Empleo a través de la empresa para la que trabajan es muy alto. En una escala de 0 a 5 puntos, la valoración mayoritariamente otorgada es de 4. Quienes se sienten muy satisfechos con ello, lo consideran un complemento muy interesante a su retribución salarial. Y quienes están próximos a su jubilación o lo perciben como un reconocimiento a su trabajo manifiestan también un grado de satisfacción bastante alto.
Pese a lo que pueda parecer a priori, de todo ello se desprende que los PPE no son un instrumento de ahorro con vistas a la jubilación exclusivo para las grandes compañías.
Concebidos como solución eficaz ante la anunciada insuficiencia del sistema público de pensiones, sus beneficios para todo tipo de empresas, con independencia de su tamaño, son tangibles ya desde el momento de su constitución.
En la actualidad, existen varias modalidades en el mercado para que la empresa elija la que mejor se adapte a sus propias necesidades.