Los nuevos Planes de Pensiones de Empleo Simplificados (PPES)

Fortalecer el segundo pilar del ahorro previsional, aquel que implica al ámbito laboral, es esencial para la sostenibilidad del sistema de pensiones de España y mejorar así el complemento a las pensiones públicas. Una de las últimas medidas tomadas en ese sentido es la aprobación de incentivos para potenciar los planes de pensiones promovidos desde las empresas, es decir, los planes de empleo. 
En concreto se ha establecido que no sólo las empresas sean las que puedan promover planes de pensiones para sus empleados sino que entidades supraempresariales como los convenios, las asociaciones y los colegios profesionales y las mutualidades de previsión social puedan promover planes de pensiones de empleo, denominados Planes de Pensiones de Empleo Simplificados (PPES).
Estos  PPES nacen con el objetivo de reducir para las empresas los trámites de creación y también facilitar que llegue el ahorro de colectivos que hasta ahora no utilizaban este tipo de instrumentos, sobre todo los empleados de pymes y los trabajadores por cuenta propia o autónomos.
De ahí que se vayan a considerar PPES, por ejemplo, los planes incluidos en acuerdos sectoriales, sin necesidad de negociación empresa por empresa. O, muy importante, los vehículos que se promuevan por asociaciones de trabajadores autónomos, por colegios profesionales o por mutualidades de previsión social, en los que sus partícipes sean solo trabajadores por cuenta propia. Asimismo, tendrán la consideración de Planes de Pensiones de Empleo Simplificados los lanzados por sociedades cooperativas y laborales y las organizaciones representativas de las mismas. Por último, están también contemplados los promovidos por las administraciones públicas.
Una de las grandes novedades tiene que ver con los límites de aportación. Mientras que en los planes de pensiones individuales ya no se puede sobrepasar los 1.500 euros anuales, a este otro tipo plan de pensiones colectivo se puede dedicar de forma particular hasta 4.250 euros anuales en el caso de los autónomos sin empleados a su cargo.
Estas cantidades se pueden reducir en el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) anual, uno de los grandes atractivos para ahorrar con este tipo de vehículos pensados específicamente para complementar la pensión pública cuando llegue la jubilación.