Como microempresa, ¿me interesa desarrollar un Plan de Pensiones de Empleo?
Son muchos los empresarios que están interesados en mejorar las condiciones laborales de sus empleados y poder aportarles un complemento laboral de gran valor social, que además reporta ventajas fiscales a ambas partes. Por tanto, la respuesta es sí.
Desarrollar un Plan de Pensiones de Empleo (PPE) es la mejor forma de contribuir a ello y es un instrumento que no está reservado solo a las empresas de mayor tamaño.
Para este fin, y pensando en las pequeñas y medianas empresas de menos de 250 trabajadores, se creó la figura de los Planes de Empleo de Promoción Conjunta, cuya constitución requiere la participación de un mínimo de dos empresas.
Consiste en que varias compañías se integran en un mismo fondo de pensiones, siendo cada una independiente para decidir sus aportaciones y si el empleado contribuye o no al mismo, pues estas últimas son voluntarias.
Estos Planes de Promoción Conjunta están regulados por los acuerdos tomados en su Comisión de control, que representa conjuntamente a las empresas que promueven el Plan de Pensiones.
Así, para las compañías de tamaño reducido la fórmula más ágil es crear un anexo a alguno de los planes de pensiones de empleo ya existentes. En él van a poder establecer sus propios criterios de contribución. Esta vía simplifica, y mucho, la adhesión de las empresas más pequeñas a estos planes. De forma inmediata, pueden reducir los trámites y los costes asociados a la promoción de un plan de empleo.
Ahora bien, aún es necesario realizar campañas de información al respecto. Según datos del último estudio del Observatorio de Pensiones de Caser “Planes de Pensiones de Empleo para Pymes y Microempresas (MIPYMES)” para conocer la percepción de las empresas españolas de menos de 50 empleados, éstas echan en falta información sobre este tipo de productos/servicios de ahorro con vistas a la jubilación. Son muchas las que desconocen su existencia y/o sus principales características y ventajas.
Es una conclusión importante, sobre todo, teniendo en cuenta que este segmento de nuestro tejido productivo representa el 98% de las MIPYMES con asalariados, según registros de la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa a junio de 2021, y que cada día se va haciendo más evidente la necesidad de desarrollar fórmulas que permitan reforzar la sostenibilidad del sistema público de pensiones. La mayor esperanza de vida y la propia evolución de la sociedad actual apuntan a ello.
Esta falta de información en torno a estos instrumentos hace que un altísimo porcentaje de las empresas más pequeñas de nuestro país aún no se haya planteado contratar en beneficio de sus empleados algún producto/servicio de este tipo.
Beneficios
Para la empresa:
Las aportaciones a favor de sus empleados son un gasto deducible en el Impuesto sobre Sociedades.
Para el empleado:
Las aportaciones realizadas por la empresa se imputan como rendimientos del trabajo en su declaración del IRFP y se reducen en la base imponible general. Pero más allá de eso, se trata de una remuneración con mucho valor social ya que pone de manifiesto la apuesta de la compañía por el futuro del trabajador al contribuir a una mejor pensión llegada su jubilación. No es solo la compensación actual por el trabajo realizado.
No cabe duda de que estos instrumentos contribuyen, además de a garantizar el bienestar social, a reforzar la relación entre empresa y trabajador, con un impacto positivo tanto en la productividad de nuestro tejido empresarial como en la apuesta por atraer y retener al mejor talento.